1 de marzo de 2023.- Desde la Cátedra del IACS de CPI en salud nos propusimos el año pasado indagar en el value-based healthcare y el pago por resultados en salud, desde el convencimiento de que puede ser una herramienta muy adecuada para lograr los objetivos y necesidades a los que se enfrenta el sector sanitario y, con ellos, una incidencia clara en la salud de los ciudadanos.

Carmen de Guerrero

Directora de la Cátedra IACS de CPI en Salud

No obstante, junto a ese convencimiento surgían una gran cantidad de incertidumbres sobre la articulación de este nuevo modelo de prestación de servicios, motivo por el cual organizamos un ciclo de seminarios en los que invitamos a expertos en la materia para que nos contaran los pros y contras del value-based healthcare.

Los temas tratados en las sucesivas sesiones fueron:

 

Desde la Cátedra del IACS de CPI en salud nos propusimos el año pasado indagar en el value-based healthcare y el pago por resultados en salud, desde el convencimiento de que puede ser una herramienta muy adecuada para lograr los objetivos y necesidades a los que se enfrenta el sector sanitario

¿Existe algún criterio general para aplicar el Value-Based Healthcare o el pago por resultados?

 

En primer lugar es preciso considerar que se trata de un modelo que requiere una perspectiva integral de la asistencia sanitaria y, por lo tanto, de la contratación requerida para ello. Esto es así ya que implica a la organización sanitaria, a los proveedores y a los pacientes. Y todos ellos desde una perspectiva amplia, por ejemplo: no se limita a la atención sanitaria vinculada al tratamiento de enfermedades, sino que también abarca la medicina preventiva.

En segundo lugar, es indispensable un cambio de mentalidad, de la forma de actuar en los tres grandes protagonistas del sistema de salud. Por un lado, de los profesionales sanitarios, quienes deberán tomar datos y adaptar su forma de atención a los pacientes. Por otro lado, de los pacientes, que deberán participar en las evaluaciones para conocer su apreciación de los resultados. En tercer lugar, de los proveedores, ya que cambiará la forma de pago de sus servicios, al vincularse al rendimiento o resultados obtenidos.

Por estos motivos, insistimos en la necesidad de que todos los interesados estén involucrados desde el principio.

 

Es indispensable un cambio de mentalidad de la forma de actuar en los tres grandes protagonistas del sistema de salud: los profesionales sanitarios, los pacientes y los proveedores

¿Se trata de un sistema novedoso o inexplorado?

 

La respuesta a esta pregunta ha de ser negativa. Michael E. Porter y Elisabethz Olmsted Teisberg publicaron hace ya más de 15 años (en 2006) su estudio “Redefining Health Care: Creating Value-Based Competition on Results” y, desde entonces tanto ellos como otros profesionales han continuado explotados esta forma de prestación-adquisición de servicios.

Michael E. Porter y Elisabethz Olmsted Teisberg publicaron hace ya más de 15 años su estudio “Redefining Health Care: Creating Value-Based Competition on Results»

¿Cuáles son las claves del Value-Based Healthcare?

 

De manera simplificada podríamos decir que todo el sistema se basa en 3 conceptos: valor, pacientes e indicadores.

Efectivamente, la idea de fondo consiste en que la asistencia sanitaria se base en el VALOR, es decir, reestructurar los sistemas de atención médica para generar valor en los PACIENTES, que son los que deberán constatar si se han conseguido los resultados buscados o no. Para ello se utiliza la ecuación en la que se dividen los resultados en salud por el coste por paciente.

Automáticamente se deriva de aquí la necesidad de tener INDICADORES claros y consensuados que permitan MEDIR los resultados conforme a cuatro premisas básicas:

 

  • resultado de la efectividad frente a la actividad
  • percepción final del paciente, y no solo del profesional sanitario
  • definido en torno al proceso asistencial (no por patologías específicas)
  • coste global por paciente, no fragmentado. Coste en sentido amplio

De manera simplificada podríamos decir que todo el sistema se basa en 3 conceptos: valor, pacientes e indicadores

¿Qué cuestiones se plantean para su articulación?

 

¿Qué es el valor? ¿Qué busco o qué me interesa?

 

Existen muchas posibilidades distintas, por lo que resulta esencial una buena elección del valor o de los resultados buscados. Por ejemplo, no es lo mismo tratar de lograr un tratamiento rápido que un tratamiento eficaz o evitar recaídas de pacientes. Esta decisión se deberá tomar de forma consensuada.

Para elegir cuál va a ser el valor buscado en mi asistencia sanitaria y, por lo tanto, en mis contratos, una herramienta muy buena es la realización de consultas preliminares del mercado extensivas. Basada en un análisis por parte de la organización donde se hayan identificado y analizado las necesidades.

 

¿Qué resultados se esperan?

 

Importante contar con evidencias científicas para ser realista y que el contrato no quede desierto por exigir demasiado a los proveedores, ni tampoco que pierda su utilidad o sea poco eficiente por quedarse escaso en sus pretensiones.

Determinar qué se quiere pedir y en qué medida se pretende lograr ese resultado: porcentajes, números, cuantificar…

 

¿Cómo se miden los resultados?

 

Es preciso diseñar la propia necesidad y el contrato desde el principio atendiendo a lo que se pretende conseguir. En función de lo que quiera será mejor una solución u otra y deberé actuar de una manera o de otra.

Resulta complicado establecer indicadores precisos admitidos tanto por el sistema de salud como por las empresas que prestarán el servicio. Pueden ser de utilidad los ejemplos establecidos, como los de ICHOM, en los que participa el propio Porter.

 

¿Cuánto me cuesta y cuánto me puede costar?

 

Análisis de los costes: actuales y futuros en atención a la obtención de resultados.

Conforme a ello se deberá determinar el porcentaje del precio vinculado a la obtención de los resultados. No existe un límite. En Dinamarca, por ejemplo, se establece hasta un 17% variable. No obstante, en los ejemplos llevados a cabo en España se han establecido porcentajes entre el 3-5%. Para “acertar” resulta esencial analizar los factores concretos que concurran en cada caso y tener en cuenta que los porcentajes más altos pueden suponer un desincentivo a las empresas.

Resulta complicado establecer indicadores precisos admitidos tanto por el sistema de salud como por las empresas que prestarán el servicio. Pueden ser de utilidad los ejemplos establecidos, como los de ICHOM, en los que participa el propio Porter

Conclusión

 

Es posible tener mejor resultados en salud a través de una nueva forma de articular el sistema de prestación de los servicios sanitarios, vinculado a la contratación basada en valor y al pago por resultados. Para ello es necesario cambiar la forma de planificar los contratos y de desempeñarlos, pero el esfuerzo vale la pena.

Es posible tener mejor resultados en salud a través de una nueva forma de articular el sistema de prestación de los servicios sanitarios

VI Congreso de CPI en Salud:

 

Aprovechamos para anunciar que la sexta edición del Congreso de CPI en Salud que organiza cada año la Cátedra IACS de CPI se celebrará los próximos 4 y 5 de octubre 2023 en Zaragoza.

 

III Premio Amparo Poch

 

Asimismo, hasta el 31 de mayo está abierto el plazo para presentar proyectos a la tercera edición de los Premios Amparo Poch de Compra Pública de Innovación en Salud. Las bases y el formulario están disponibles en:https://cpi.aragon.es/catedraiacs/premios-amparo-poch/

 

 

III Premio Amparo Poch cartel